Para la segunda propuesta, debíamos salir a la calle y hacer fotos de encuadres que nos parecieran arquitectura. En primer lugar, pensé en fotografiar un lugar en el que el metal y el cristal fuesen lo más destacado del edificio, lo primordial. Sin embargo, decidí cambiar de idea y basar mi encuadre en un lugar donde existían luces y sombras. Jugué con el brillo (segunda foto), el color (primera foto) y la profundidad (tercera foto), aunque todas desde el mismo lugar.


En la foto final, he conseguido que la luz que entra por el tragaluz conviva con la penumbra que se forma en la zona más cercana al espectador, permitiendo ver perfectamente la forma del objeto.
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